
De los cuatro disparos que recibió Javier Rodríguez, sólo se hallaron dos proyectiles en el cuerpo y el de la cabeza que usaron para darle el tiro de gracia. El proyectil de la bala faltante, atravesó limpiamente el cuerpo y se perdió. Los peritos del laboratorio criminalístico aún continúan la investigación y el análisis de los proyectiles encontrados que provienen de la única arma que utilizaron los asesinos.
El móvil del crimen no fue el robo, puesto que no se llevaron nada de la víctima. En el momento de los hechos Javier Rodríguez Carbajal de 39 años de edad, vestía un polo gris, bermudas de color azul y zapatillas blancas. Cuando los efectivos de la PNP se hicieron presentes, encontraron a la víctima sobre la vereda de la cuadra 5 de la calle Daniel Alcides Carrión y en posición de cúbito ventral. De inmediato se dio parte al Ministerio Público en donde asignaron al fiscal adjunto Dr. Eduardo Segura Rojas para que realice las diligencias correspondientes.
En uno de los bolsillos de la ropa hallaron sus documentos y un celular marca Motorola, que aún permanecen en custodia del Ministerio Público y la PNP para las investigaciones. El fiscal dispuso el levantamiento del cadáver y su traslado a la morgue del hospital Tomás La Fora de Guadalupe, en donde el día de ayer desde las nueve de la mañana hasta las 12 del mediodía se le practicó la autopsia. El fiscal Eduardo Segura, terminada la investigación médica, permitió que los familiares del occiso recogieran el cuerpo. Los restos de Javier Rodríguez Carbajal se velan en su domicilio en la calle Ignacio Merino, en la parte alta de la ciudad.
Sobre la muerte de Rodríguez Carbajal, que parece salido de un libreto de película de la mafia o la cosa nostra, se tejen muchas interrogantes que deberán se absueltas en las investigaciones que realice el Ministerio Público y la PNP.
Carlos Pacifico Albitres Ahumada
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